Thursday, April 19, 2018

Que hicimos hasta ahora

Nos tomó unos 2400 kilómetros llegar hasta Nazca.Comenzamos en Esquel (Argentina), cruzamos a Osorno (Chile), luego hacia el norte a Concepción, Santiago, Copiapó, Antofagasta, San Pedro de Atacama, luego cruzamos nuevamente a la Argentina a través del difícil Paso de Jama. Esto nos llevó a Purmamarca (Jujuy), luego nuevamente hacia el norte a La Quiaca, desde donde cruzamos a Villazón, Bolivia.

En Bolivia visitamos Potosí, Sucre, Oruro, La Paz, Tiwanaku, y finalmente cruzamos la frontera a Perú en Desaguadero. Una vez en Perú manejamos hasta Puno, Cusco, Abancay, Nazca , Huacho (al norte de Lima) y Trujillo.


Una de nuestras etapas nos llevó por el largo y extenuante camino de Abancay a Nazca.



De acuerdo a algunos informes en la web el camino era extremadamente difícil, algunos incluso lo comparaban con cruzar cinco veces el Paso de Jama. Esto es una exageración grosera. El camino es cansador por las muchas curvas, subidas y bajadas que lo obligan a uno a estar en atención permanente, pero no es tan exigente como se lo presenta. De hecho es muy interesante.

Una gran parte del camino atraviesa montañas verdes que muestran el gran trabajo habitual de los campesinos, quienes trabajan cada pedacito de tierra hacia las cumbres de las montañas. El camino corre típicamente a lo largo de valles por donde se ve los ríos trayendo agua de las montañas. En el tope de las cadenas de montañas presenta grandes pampas de altura (altiplano) con una multitud de llamas, vicuñas, alpacas, ovejas y vacas. Estos animales se adaptan bien a la altura y los campesinos saben como sacarles el mayor provecho.





















El último cuarto de camino entre Abancay y Nazca, la porción oeste llegando a Nazca, muestra un cambio significativo en el panorama. Las montañas son secas, no hay más ríos ni agricultura ni animales. Sin embargo, a pesar de esos cambios, esas montañas también tienen su encanto.



No nos gustó Nazca, por lo tanto, despues de pernoctar, decidimos seguir hacia el norte por la carretera Panamericana.



















El panorama a lo largo de la costa del Pacífico muestra un desierto contínuo con bruma cargada de humedad que viene del mar, envolviendo todo a su paso, por lo tanto la visibilidad es bastante pobre. Este panorama desolador muestra sin embargo una población significante. Muchos de ellos viven en casas primitivas hechas de “carrizos”. Estas son cañas de la altura de una persona, cortadas a lo largo y unidas para formar paneles. Luego juntan los paneles para hacer una pared y sujetan estas paredes a cuatro postes. Eso es todo. Algunas tienen techos hechos con los mismos paneles. Otras usan piezas de plástico, y muchas no tienen techo. Esto es muy primitivo, probablemente usado en la época de los Incas, lo cual nos muestra que el progreso no llegó a todas partes del Perú.


Una casa hecha de carrizos. Para notar: la bajada de electricidad hasta el medidor

Un barrio completo hecho de carrizos

A fin de evitar la pesadilla que representa el centro de Lima optamos por tomar la avenida de circunvalación. No fue para nada fácil pero nos arreglamos para cruzar hacia el norte de Lima en una hora y media.


Advertencia:
La carretera Panamericana esta cruzada por “lomos de burros” o reductores de velocidad. Esto sucede cada vez que se acerca a un camino de acceso o un cruce. No todos los “lomos de burro” están bien señalizados. Es un diseño bastante estúpido porque de esta manera rebaja a la autopista al mismo nivel de un camino vecinal.



ALGUNAS REFLEXIONES

Visitamos el Sudeste y Sudoeste del Perú y notamos las diferencias significantes entre ambas regiones. La parte oriental, incluyendo toda la región desde el borde con Bolivia hasta el noroeste de Cusco, tiene mucha agua superficial. Esto les permite cultivar cada pequeña parcela de tierra que encuentren disponible, incluyendo las faldas de las montañas hasta alturas increíbles. En muchas partes usan las mismas tecnicas de aterrazamiento usadas por culturas Incas y pre Incas. Los hombres y mujeres peruanos son grandes trabajadores y sobreviven en condiciones muy difíciles. Aún cuando su nivel de vida en general es pobre todavía pueden mantenerse ocupados haciendo lo que saben.



La situación cambia dramáticamente en la región occidental del país. Hay muy poca (o nada) de agua superficial por lo tanto la agricultura está muy limitada. Este desierto increíble fue fraccionado y entregado a inversores privados, quienes pueden hacer frente a los gastos necesarios para hacerlo productivo. Por lo que ví este desierto sólo necesita un poco de agua para hacerlo productivo. Las compañías inversoras perforan pozos de agua para regar sus plantaciones, que incluyen viñas, maiz, papas, cactuses, árboles frutales, etc.. Su mano de obra está compuesta por gente local que no tiene la capacidad (ni los préstamos) para perforar un pozo de agua o comprar un lote de tierra. Estos trabajadores son los que viven en las chozas hechas de carrizos.

Duele ver cómo el gobierno favorece a inversionistas privados en vez de ayudar a su propia gente. De la misma manera que las compañías inversoras pueden hacer pozos de agua, también el gobierno podría perforar los mismos pozos y facilitarle una vida digna a sus propios paisanos. Da la impresión que en el Perú se hizo una revolución agraria pero al revés, concentrándo la tierra en pocas manos en vez de distribuirla al que la trabaja.

Vimos carteles a lo largo del camino prohibiendo la perforación de nuevos pozos. Esto significa que en ese clima hóstil los acuíferos subterráneos quizás se estén agotando debido al consumo desmedido de las nuevas plantaciones.. La misma situación ocurrió en Arabia Saudita, donde usaron agua fósil para irrigar plantaciones exóticas hasta que agotaron los acuíferos. Ahora Arabia Saudita debe importar todos sus comestibles y no hay más agua para soportar las necesidades básicas.

Cada país tiene caracteristicas diferentes y no creo que el Perú caiga en la misma situación. Sin embargo, agotar acuiferos subterráneos para soportar cultivos de exportación es un error que se paga tarde o temprano, probablemente con migraciones masivas hacia las villas miseria alrededor de las ciudades.

Lima es una ciudad inmensa y dentro de lo posible tratamos de evitar el viaje por el centro
de la ciudad. Los alrededores de la ciudad nos muestran a las casas trepando por las laderas de las montañas en todas direcciones.



La ciudad de Caral representa a una de las civilizacones mas antiguas, con edificios aterrazados de alrededor del 3000 BCE. Caral era uno de nuestros objetivos una vez que pasamos al norte de Lima. Sin embargo una combinación de problemas nos impidió visitarla. El primer obstáculo son los 25 kilómetros de camino horrible que llega hasta la entrada a las ruinas, lo cual nos tomó una hora completa de andar muy difícil. Una vez que llegamos – de muy mal humor por todo el castigo del camino – debíamos caminar 1,5 kilómetros bajo el sol para llegar hasta la casilla de venta de entradas. Peor aún, Caral, tal como el resto de la costa peruana, está en medio de dunas de arena. Nosotros estábamos demasiado cansados y abandonamos nuestro esfuerzo. Curiosamente, a lo lejos veíamos a omnibus de empresas turísticas estacionados justo al lado de la casilla de entradas. Nuestra conclusión es: Caral esta actualmente organizado para servir a las empresas de turismo y están eximidos de la caminata en la arena bajo el sol. 

Nuestro consejo: NO vayan a Caral. Perú tiene tantos lugares interesantes y hermosos que no vale la pena perder tiempo con Caral.



















Hoy visitamos el Museo Arqueológico de Trujillo. Este es uno de los mejores museos que vimos hasta ahora, con una variedad de artefactos bien organizados, con muestras de culturas Inca y pre-inca hasta la invasión española. 

1 comment:

  1. Interesantísimos todos tus comentarios. Casi me siento viajando con ustedes. Besos y mucha suerte para lo que sigue...

    ReplyDelete